Colette Calascione, ver más
De un solo beso desteñir provoca
tu boca en corazón recién pintada.
Fruta y flor a la vez; copa colmada
de vino y miel para la sed más loca.
Ella en sus vivos múrices evoca
el símbolo sensual de la granada,
y pienso al verla sonreír, que nada
en el mundo es más rojo que tu boca.
Cuando presos, al fin, por mis arrojos,
ceden tus labios y después me ofrecen
aún más amor que el que al besar me dieron,
tan húmedos están y son tan rojos,
que sólo las palabras que dijeron
más rojas que tus labios me parecen.
- Rubios, pulidos senos de Amaranta,
por una lengua de lebrel limados.
Pórticos de limones, desviados
por el canal que asciende a tu garganta.
- Rojo, un puente de rizos se adelanta
e incendia tus marfiles ondulados.
Muerde, heridor, tus dientes desangrados,
y corvo, en vilo, al viento te levanta.
- La soledad, dormida en la espesura,
calza su pie de céfiro y desciende
del olmo alto al mar de la llanura.
- Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende,
y gladiadora, como un ascua impura,
entre Amaranta y su amador se tiende.
Rafael Alberti
- ¡Esa guirnalda! ¡Pronto! ¡Que me muero!
¡Teje deprisa! ¡Cantal ¡Gime! ¡Canta!
Que la sombra me enturbia la garganta
y otra vez viene y mil la luz de enero.
- Entre lo que me quieres y te quiero,
aire de estrellas y temblor de planta
espesura de anémonas levanta
con oscuro gemir un año entero.
- Goza el fresco paisaje de mi herida,
quiebra juncos y arroyos delicados,
bebe en muslo de miel sangre vertida.
- Pronto ¡prontol! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados.
- Soneto de la guirnalda de las rosas, Federico Gracía Lorca
- Voy a hacerte feliz. Sufrirás tanto
- que le pondrás mi nombre a la tristeza.
- Mal contrastada, en tu balanza empieza
- la caricia a valer menos que el llanto.
- Cuánto me vas a enriquecer y cuánto
- te vas a avergonzar de tu pobreza,
- cuando aprendas -a solas- qué belleza
- tiene la cara amarga del encanto.
- Para ser tan feliz como yo he sido,
- besa la espina, tiembla ante la rosa,
- bendice con el labio malherido,
- juégate entero contra cualquier cosa.
- Yo entero me jugué. Ya me he perdido.
- Mira si mi venganza es generosa.
Antonio Gala