Por subrayar, glorioso, de tu frente la albura
el Japón dio a tus ojos su más límpido añil;
la porcelana blanca no tiene la blancura
de tu cuello tan suave como terso marfil.
En tu rostro sedátil suave lampo fulgura;
es tu voz como el eco de las auras de abril,
y cuando te levantas, sonriendo, en mi negrura
eres luna de nácar que me alumbra sutil.
Hay núbiles anhelos en tu mirar de raso;
tu boca tiene púrpura de nubes en ocaso
y es tu nariz risueña la de gentil musmé.
Pareces una frágil sombrilla japonesa
y cerca de ti aspiro, mi lánguida princesa,
algo tan dulce y raro como el olor del té.
- Teophile Gautier: soneto japones
Y si fueras, Amor, vino y beberte.
Si fueras sombra para no perderte.
O si fueras camino y caminarte.
Amor, fueras cantar para cantarte.
Fueras hilo en mis manos y tejerte.
Que mi alimento fueras y comerte.
Si fueras tierra, Amor, para labrarte.
Si fueras para más que para amarte:
Amor, Amor, Amor, si fueras muerte.
- Manuel José Arce
Complicidad
Es mejor destruir el pasado
que no quede imagen
que no haya siluetas
y seamos tú o yo fuera de todo círculo.
Que exista sólo una maniobra
una razón que nos parta
una multitud que nos reproche
sin sabernos los escogidos.
Que la pasión se borre girando
y no sepa de su derrota.
Que no exista una queja
o una bóveda acallando tu cuerpo.
- José Barroeta
Como una limpia mañana de besos morenos
cuando las plumas de la aurora comenzaron
a marcar iniciales en el cielo. Como recta
caída y amanecer perfecto.
Amada inmensa
como una violeta de cobalto puro
y la palabra clara del deseo.
Gota de anís en el crepúsculo
te amo con aquella esperanza del suicida poeta
que se meció en el mar
con la más grande de las perezas románticas.
Te miro así
como mirarían las violetas una mañana
ahogada en un rocío de recuerdos.
Es la primera vez que un absoluto amor de oro
hace rumbo en mis venas.
Así lo creo te amo
y un orgullo de plata me corre por el cuerpo
Efraín Huerta
(EL TÚNEL)
Lo dicen los maestros de energía:
hay traviesas partículas capaces
de atravesar una barrera sólida,
¡la fuerza se disgrega como el agua!
Los científicos clásicos lo niegan.
Los presentes predican lo increíble
y lo bautizan el Efecto Túnel.
El impulso del almano quiere respetar al señor Newton,
se postula invadiendo las fronteras.
Artesana, en el tránsito
urgente de tocarte
apoyaré este peso luminoso
y moveré mi asombro al otro lado
de la barrera tensa de tu piel,
en el punto pensante
que alumbra tras la boca de los túneles.
- Andrés Neuman